En vez de participar en las clases de baile el martes, Bettina y yo comimos en la habitación antes de hacer footing en los empinados declives de El Palo. A decir verdad es una lástima que me perdiera el baile, ya que los compañeros de clase me han dicho que fue muy divertido.
Por la noche queríamos comer en una pizzería, pero desgraciadamente estaba cerrada y teníamos que ir a un restaurante de pescado que sirvió carne bastante seca y verduras sin salsa…qué aburrido.
Ayer fui de compras con Karen y Bettina después de las clases. Fuimos por toda la ciudad, pero casi no compramos nada. Estaba buscando un velo de seda para mi baile oriental – hasta entramos en Galerías Goya (un centro comercial un poco alternativo) para encontrarla – pero la tienda estaba cerrada. Entonces tengo que esperar hasta mi viaje a Madrid y espero que lo tengan allí.
Aunque estábamos bastante cansadas, Betty y yo fuimos al gimnasio O2 con Ingeborg y Terje. Después de un recurrido largo y un montón de chismes, llegamos al gimnasio más grande que nunca he visto. ¡Imagínate Elixia en Stavanger y multiplícalo por 4! ¡Qué gigantesco!
Visto que nosotras somos súper activas, corrimos y hicimos musculación por más de una hora; nos sentimos un poco perdidas rodeadas por un montón de españoles musculosos. Pero no pasa nada, porque nos encanta la atención, claro.
Con cuerpos fantásticos fuimos a un bar que está situado cerca de la escuela para tomar una copita. Encontramos a un hombre que nos enseñó unas expresiones españolas, cómo “qué arte”, “qué gracia”, “qué salero”, “puto Barcelona” y que Mette-Marit es un nombre muy divertido para los españoles (no es apropiado explicar por qué aquí en el blog).
Una vez más estoy tomando el sol en la piscina :) La vida es hermosa, ¿no?
¡Chao!
Porque yo no estoy en este foto?
ResponderEliminarQué pena! pero ahora estás en otra foto de Alegría!
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